Domingo 18 de mayo de 2025
V DOMINGO DE PASCUA (C)

Primera lectura: Hechos 14,21-27
Salmo responsorial: 144
“Bendeciré tu nombre por siempre Jamás, Dios mío, mi rey”
Segunda lectura: Apocalipsis 21,1-5
Evangelio: San Juan 13,31-33a.
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo; pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.

VIVIMOS EL EVANGELIO
En este domingo pascual sobresale una palabra repetida varias veces, a saber: “nuevo”. Se habla de “un nuevo cielo y una nueva tierra”, “la nueva Jerusalén”, Dios hace “nuevas toda las cosas”, “el mandamiento nuevo”, “Novedad” y “nuevo” resuenan con fuerza en las lecturas como palabra mágicas. ¿Por qué nos gustan las novedades? Existen muchas razones, pero el motivo principal es que lo nuevo todavía no se conoce ni se ha experimentado, y deja lugar a la esperanza, a la sorpresa y al sueño. La felicidad es hija de estas cosas. ¿Por qué Jesús define como “nuevo” el mandamiento, conocido ya en el Antiguo Testamento? El mandamiento de Jesús es nuevo en sentido activo y dinámico porque renueva y transforma todo. Cuando una persona realiza un acto de caridad o de amor, construye una tierra nueva. No debemos esperar a que venga una tierra nueva. Cada día y cada hora construimos esta tierra nueva y los nuevos cielos.
La Pascua del Enfermo

En la XXXIII Jornada, el papa Francisco nos invita a emprender un “camino de esperanza”. Un peregrinar que nos una a todos en un camino de fe y caridad, poniendo el servicio y el cuidado de los enfermos en el centro de nuestra vida.
Fue san Juan Pablo II quien instituyó la Jornada Mundial del Enfermo el día 13 de mayo de 1992, definiendo sus objetivos: sensibilizar al Pueblo de Dios, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos, ayudar al enfermo a valorar el sufrimiento, en el plano humano y sobre todo en el sobrenatural, hacer que se comprometan en la pastoral sanitaria las diócesis, las comunidades cristianas y las familias religiosas; favorecer el compromiso del voluntariado, recordar la importancia de la formación espiritual y moral de los agentes sanitarios, y, por último, hacer que los sacerdotes diocesanos y regulares comprendan mejor la importancia de la asistencia religiosa a los enfermos (Carta del papa san Juan Pablo II, 13 de mayo de 1992). Desde entonces, cada año, la Jornada Mundial del Enfermo ha puesto el énfasis en diferentes temas, en este año Jubilar, cuando se celebra la XXXIII Jornada, el papa Francisco nos invita a emprender un “camino de esperanza”. Un peregrinar que nos una a todos en un camino de fe y caridad, poniendo el servicio y el cuidado de los enfermos en el centro de nuestra vida. Misa Dominical, mayo 2025
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Mons. José Mazuelos: «Pienso que León XIV será un gran papa»

La diócesis celebra con alegría la elección del papa León XIV, un Pontífice misionero y cercano a los pobres
En una rueda de prensa celebrada este jueves, tras conocerse el nombre del nuevo Santo Padre, Mons. José Mazuelos, obispo de Canarias, y Mons. Cristóbal Déniz, obispo auxiliar, compartieron sus primeras impresiones sobre la elección del nuevo Papa, León XIV, destacando su perfil misionero, su profunda formación y su sintonía con el legado del papa Francisco.
Mons. Mazuelos subrayó el significado del nombre elegido por el nuevo pontífice, León XIV, en clara referencia al papa León XIII, considerado el padre de la Doctrina Social de la Iglesia. “Ya nos está conectando con lo mismo que hizo el papa Francisco cuando eligió el nombre de San Francisco de Asís”, explicó. “León XIII impulsó la justicia social, el salario justo, y ahora este nuevo Papa retoma ese hilo con fuerza”.
El nuevo pontífice, con raíces españolas por parte de su abuela, ha sido obispo misionero en Perú. Esta trayectoria ha sido destacada como un reflejo de su compromiso con una Iglesia en salida, cercana a las periferias y con sensibilidad hacia los más necesitados.
“Es un papa misionero, norteamericano de nacionalidad, pero con alma latinoamericana”, añadió Mons. Mazuelos. “Ha vivido más de 40 años en Perú, conoce la realidad de los pobres y ha trabajado directamente con ellos. Eso lo convierte en un hombre de Iglesia universal, con gran humildad y profundo conocimiento”.
Los obispos resaltaron la continuidad espiritual con el papa Francisco, especialmente en lo referente a la sinodalidad, la comunión y la fraternidad. También recordaron su cercanía con el papa que lo designó miembro de la Congregación para los Obispos, donde desempeñó un papel clave en la elección de nuevos pastores.
“Es un hombre de paz, con una sonrisa que seduce, profundamente formado —matemático y doctor en derecho canónico—, pero ante todo un hombre de fe”, destacó el obispo. “Su mensaje nos invita a la esperanza, a la misión y a la paz, recordando que el mal no prevalecerá”.
Mons. Mazuelos adelantó que él y Mons. Eloy Santiago, obispo de Tenerife, escribirán próximamente una carta al nuevo papa León XIV invitándolo oficialmente a visitar Canarias, recordando que en junio se celebrará el Jubileo de los Obispos, donde esperan ser recibidos en audiencia.
Mons. Mazuelos y Mons. Déniz expresaron finalmente su gratitud y esperanza ante esta nueva etapa para la Iglesia universal. “No hemos elegido al sucesor de Francisco, hemos elegido al sucesor de Pedro. Y León XIV sabrá pastorear al pueblo de Dios con humildad, valentía y alegría”.
La diócesis de Canarias se une con alegría a toda la Iglesia universal para dar gracias a Dios por la elección del Papa León XIV, por quien rezamos y a quien, desde ya, mostramos plena comunión como sucesor de Pedro.
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HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO DOMINGO DE RESURRECCIÓN
¡Cristo ha resucitado, está vivo!
María Magdalena, al ver que la piedra del sepulcro había sido retirada, salió corriendo para avisárselo a Pedro y a Juan. También los dos discípulos, al recibir la desconcertante noticia, salieron y —dice el Evangelio— «corrían los dos juntos» (Jn 20,4). ¡Todos los protagonistas de los relatos pascuales corren! Y este “correr” expresa, por un lado, la preocupación de que se hubieran llevado el cuerpo del Señor; pero, por otro lado, la carrera de la Magdalena, de Pedro y de Juan manifiesta el deseo, el impulso del corazón, la actitud interior de quien se pone en búsqueda de Jesús. Él, de hecho, ha resucitado de entre los muertos y, por eso, ya no está en el sepulcro. Hay que buscarlo en otra parte.
Este es el anuncio de la Pascua: hay que buscarlo en otra parte. ¡Cristo ha resucitado, está vivo! La muerte no lo ha podido retener, ya no está envuelto en el sudario, y por tanto no se le puede encerrar en una bonita historia que contar, no se le puede reducir a un héroe del pasado ni pensar en Él como una estatua colocada en la sala de un museo. Al contrario, hay que buscarlo, y por eso no podemos quedarnos inmóviles. Debemos ponernos en movimiento, salir a buscarlo: buscarlo en la vida, buscarlo en el rostro de los hermanos, buscarlo en lo cotidiano, buscarlo en todas partes menos en aquel sepulcro.
Buscarlo siempre. Porque si ha resucitado de entre los muertos, entonces Él está presente en todas partes, habita entre nosotros, se esconde y se revela también hoy en las hermanas y los hermanos que encontramos en el camino, en las situaciones más anónimas e imprevisibles de nuestra vida. Él está vivo y permanece siempre con nosotros, llorando las lágrimas de quien sufre y multiplicando la belleza de la vida en los pequeños gestos de amor de cada uno de nosotros.
Por eso la fe pascual, que nos abre al encuentro con el Señor Resucitado y nos dispone a acogerlo en nuestra vida, está lejos de ser una solución estática o un instalarse tranquilamente en alguna seguridad religiosa. Por el contrario, la Pascua nos impulsa al movimiento, nos empuja a correr como María Magdalena y como los discípulos; nos invita a tener ojos capaces de “ver más allá”, para descubrir a Jesús, el Viviente, como el Dios que se revela y que también hoy se hace presente, nos habla, nos precede y nos sorprende. Como María Magdalena, cada día podemos sentir que hemos perdido al Señor, pero cada día podemos correr a buscarlo de nuevo, sabiendo con seguridad que Él se deja encontrar y nos ilumina con la luz de su resurrección.
Hermanos y hermanas, esta es la esperanza más grande de nuestra vida: podemos vivir esta existencia pobre, frágil y herida, aferrados a Cristo, porque Él ha vencido a la muerte, vence nuestras oscuridades y vencerá las tinieblas del mundo, para hacernos vivir con Él en la alegría, para siempre. Hacia esa meta, como dice el apóstol Pablo, también nosotros corremos, olvidando lo que se queda a nuestras espaldas y proyectándonos hacia lo que está por delante (cf. Flp 3,12-14). Apresurémonos, pues, a salir al encuentro de Cristo, con el paso ágil de la Magdalena, de Pedro y de Juan.
El Jubileo nos llama a renovar en nosotros el don de esta esperanza, a sumergir en ella nuestros sufrimientos e inquietudes, a contagiar con ella a quienes encontramos en el camino, a confiarle a esta esperanza el futuro de nuestra vida y el destino de la humanidad. Y por eso no podemos aparcar el corazón en las ilusiones de este mundo ni encerrarlo en la tristeza; debemos correr, llenos de alegría. Corramos al encuentro de Jesús, redescubramos la gracia inestimable de ser sus amigos. Dejemos que su Palabra de vida y de verdad ilumine nuestro camino. Como dijo el gran teólogo Henri de Lubac, «debe bastarnos con comprender esto: el cristianismo es Cristo. No es, en verdad, otra cosa. En Jesucristo lo tenemos todo» (Las responsabilidades doctrinales de los católicos en el mundo de hoy, Madrid 2022, 254).
Y este “todo”, que es Cristo resucitado, abre nuestra vida a la esperanza. Él está vivo, Él quiere renovar también hoy nuestra vida. A Él, vencedor del pecado y de la muerte, le queremos decir:
“Señor, en la fiesta que hoy celebramos te pedimos este don: que también nosotros seamos nuevos para vivir esta perenne novedad. Límpianos, oh Dios, del polvo triste de la costumbre, del cansancio y del desencanto; danos la alegría de despertarnos, cada mañana, con ojos asombrados al ver los colores inéditos de ese amanecer, único y distinto a todos los demás. […] Todo es nuevo, Señor, y nada se repite, nada es viejo.” (cf. A. Zarri, Quasi una preghiera).
Hermanas, hermanos, en el asombro de la fe pascual, llevando en el corazón toda esperanza de paz y de liberación, podemos decir: contigo, Señor, todo es nuevo. Contigo, todo comienza de nuevo.
FRANCISCO
400 años de la fundación de la Congregación de la Misión
Desde el 25 de enero de este año 2025 hasta el 25 de enero del próximo 2026, vamos a celebrar el 400 aniversario de la fundación de la Congregación de la Misión (Misioneros Paúles). Va a consistir un tiempo especial donde la memoria agradecida del pasado nos lance a vivir el presente con realismo y el futuro con esperanza e ilusión, bajo el lema: “Buena Noticia y Caridad”. La Congregación de la Misión fue fundada por san Vicente de Paúl, el gran santo de la caridad, el 17 de abril de 1625. San Vicente se dio de bruces con la miseria, la marginación, la exclusión social, el abandono pastoral y la ignorancia religiosa del pueblo pobre y sencillo de la ciudad y del campo. Se planteó “hacer algo” para remediar tanto dolor y sufrimiento, y se rodeó de un pequeño grupo de sacerdotes que, al poco tiempo, se convirtió en una Congregación. Pertenece a las “Sociedades de Vida Apostólica” y está vertebrada por el carisma vicenciano que se despliega en Misión y Caridad.

En julio de 1704 llegaron a España los primeros misioneros Paúles a Barcelona. Hoy está representada en nuestro país por dos provincias canónicas: Provincia de Zaragoza y Provincia de San Vicente de Paúl-España.
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Ver la página WEB del 400 Aniversario de la fundación de la Congregación de las Misiones
Campaña del Enfermo 2025: “En esperanza fuimos salvados” (Rom 8,24).
.Haz Click en el cuadro de la Campaña del enfermo para ver toda la información
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El don de la indulgencia en el Año Jubilar

De la Bula del papa Francisco convocando el Jubileo 2025, Spes non confundit. La indulgencia permite descubrir cuál ilimitada es la misericordia de Dios.
No sin razón en la antigüedad el término “misericordia” era intercambiable con el de “indulgencia”, precisamente porque pretende expresar la plenitud del perdón de Dios que no conoce límites. El sacramento de la penitencia nos asegura que Dios quita nuestros pecados. No hay mejor manera de conocer a Dios que dejándonos reconciliar con Él, experimentando su perdón. Por eso, no renunciemos a la confesión sino redescubramos la belleza del sacramento de la sanación y de la alegría, la belleza del perdón de los pecados. Sin embargo, como sabemos por experiencia personal, el pecado deja huella. Por lo tanto, en nuestra humanidad débil y atraída por el mal, permanecen los efectos residuales del pecado. Estos son removidos por la “indulgencia, siempre por la Gracia de Cristo. La indulgencia, pues, es una experiencia personal intensa de la misericordia y el perdón de Dios. Hay que motivar el deseo de obtener la indulgencia como don de gracia. CONDICIONES GENERALES: Recibir el sacramento del perdón (se puede recibir en los días o semanas siguientes), participar de la Eucaristía comulgando (o en otro acto litúrgico de las Horas, rosario, vía crucis…), orar por las intenciones del Santo Padre, siempre con la oración del padrenuestro, la profesión de fe y la invocación a santa María. Misa Dominical, enero 2025
Ver completa BULA DE CONVOCACIÓN DEL JUBILEO ORDINARIO DEL AÑO 2025
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JUBILEO 2025—PEREGRINOS DE ESPERANZA
Momento para el perdón y la reconciliación que nos lleva a transformar la vida y la repone.
Nos impulsa a cambiar el corazón y transformar el mundo según el plan de Dios.

¿Qué es un jubileo? Es un tiempo santo de alegría, una vuelta a Dios y encuentro con Cristo. Momento para el perdón y la reconciliación que nos lleva a transformar la vida y la repone. Nos impulsa a cambiar el corazón y transformar el mundo según el plan de Dios. El papa Bonifacio VIII en el año 1300 convocó el primer jubileo que llamó Año Santo. La periodicidad fue primero de 100 años, después de 50 y posteriormente cada 25 años. En el principio la peregrinación obligaba a la visita a las basílicas romanas. Después se añadirían el signo de la puerta santa y el alcanzar las indulgencias.
Haz Click par más Información de la Diócesis sobre el año Jubileo 2025
Carta pastoral sobre el Año Jubilar 2025

El obispo de la diócesis de Canarias, José Mazuelos, ha escrito una Carta pastoral con motivo del Jubileo 2025.
Aquí puede leer y/o descargar la Carta, que lleva por título La luz de la esperanza, y también el Decreto del obispo sobre el Jubileo 2025 que incluye el anuncio de los templo jubilares en nuestra diócesis.
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- Carta pastoral – Jubileo 2025 – La luz de la esperanza
- Decreto sobre el Jubileo 2025 en la diócesis de Canarias
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PARROQUIA SAN VICENTE DE PAÚL

· CONFERENCIAS SVP: Se reunirán el martes, día 20, a las 18:00 horas.
· PASTORAL DE LA SALUD: Se reunirán el martes, día 20. a las 17:30 horas.
· PASCUA DEL ENFERMO: El próximo domingo, día 25, celebraremos la Pascua del enfermo con la Unción en la Eucaristía de las 12:00 horas .
· CONFERENCIAS SVP: Tendrán el REPARTO el 27 de mayo, cuarto martes de mes.
· GRUPOS QUE PREPARARÁN LA ORACIÓN EL PRIMER LUNES DE MES: Pastoral de la Salud, Conferencias SVP, Grupo de Vida Ascendente, Renovación Carismática, Liturgia, catequistas, Asociación Medalla Milagrosa (AMM).
PARROQUIA SANTA LUISA DE MARILLAC

· ATENCIÓN CÁRITAS: Los lunes de 17:00 – 18:15 horas.

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Se presenta la campaña de la Renta 2025: ‘Línea 105 Xtantos’