Domingo 06 de julio de 2025
XIV DOMINGO DEL T.O. (C)

Primera lectura: Isaías (66,10-14c)
Salmo responsorial: 65.
Aclamad al Señor, tierra entera.
Segunda lectura: Gálatas (6,14-18))
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,1-12.17-20):
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles:
“El reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Pero si entráis en una ciudad y no os reciben, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».
Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:
«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».
Él les dijo:
«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo»
VIVIMOS EL EVANGELIO
La mies es mucha, por eso Jesús escoge y envía discípulos para llevar adelante la tarea de la evangelización. Les da instrucciones para el camino, a dónde deben ir y qué deben hacer. Los enviados cumplen su cometido y regresan emocionados por lo bien que les ha ido en el trabajo. Jesús les reconoce la tarea para la que él mismo les ha capacitado, pero les dice que se alegren, sobre todo, porque sus nombres están escritos en el cielo.
El envío de los 72 se hace en el contexto del viaje a Jerusalén. Los discípulos que lo acompañaban saben de las dificultades que deberán afrontar. A lo largo d ellos siglos fueron enviados misioneros ad gentes en condiciones muy diversas. Muchos de ellos dieron sus vidas en esas tareas de primer anuncio. Hoy las cosas han cambiado: los que fueron evangelizados, evangelizan ahora países tradicionalmente católicos invadidos por el laicismo y la secularización.
ORACIÓN: En el bautismo todos hemos sido escogidos para anunciar la buena nueva. Habrá momentos de alegría y satisfacción, como les ocurrió a los setenta y dos. Tú, Señor, sabes de nuestras limitaciones y puedes remediarlas para que seamos reflejo de tu luz. Instrúyenos y oriéntanos en este mundo tan variado y complejo que hoy vivimos.

León XIV sacude a “los cristianos de ocasión” y les pide un paso más: “trabajar cada día en el campo de Dios”
La mies es mucha, el Reino de Dios germina como una semilla en la tierra y los hombres y mujeres de hoy, incluso cuando parecen abrumados por tantas otras cosas, esperan una verdad más grande, buscan un sentido más pleno para su vida, desean justicia y llevan en su interior un anhelo de vida eterna.

Hay algo grande que el Señor quiere hacer en nuestra vida y en la historia de la humanidad, pero son pocos los que se dan cuenta, los que se detienen para acoger el don, los que lo anuncian y lo llevan a los demás.
Por otra parte, son pocos los obreros que van a trabajar al campo sembrado por el Señor y que, antes aún, son capaces de reconocer, con los ojos de Jesús, el buen grano listo para la cosecha (cf. Jn 4,35-38). Hay algo grande que el Señor quiere hacer en nuestra vida y en la historia de la humanidad, pero son pocos los que se dan cuenta, los que se detienen para acoger el don, los que lo anuncian y lo llevan a los demás.
Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia y el mundo no necesitan personas que cumplen con sus deberes religiosos mostrando su fe como una etiqueta exterior; necesitan, en cambio, obreros deseosos de trabajar en el campo de la misión, discípulos enamorados que den testimonio del Reino de Dios dondequiera que se encuentren.
Quizás no falten los “cristianos de ocasión”, que de vez en cuando dan cabida a algún buen sentimiento religioso o participan en algún evento; pero son pocos los que están dispuestos a trabajar cada día en el campo de Dios, cultivando en su corazón la semilla del Evangelio para luego llevarla a la vida cotidiana, a la familia, a los lugares de trabajo y de estudio, a los diversos entornos sociales y a quienes se encuentran en necesidad.
Para hacer esto no se necesitan demasiadas ideas teóricas sobre conceptos pastorales; se necesita, sobre todo, rezar al dueño de la mies. En primer lugar, pues, está la relación con el Señor, cultivar el diálogo con Él. Entonces Él nos convertirá en sus obreros y nos enviará al campo del mundo como testigos de su Reino.
Pidamos a la Virgen María, que se entregó generosamente diciendo «Yo soy la servidora del Señor», y participando de esta forma en la obra de la salvación, que interceda por nosotros y nos acompañe en el camino del seguimiento del Señor, para que también nosotros podamos convertirnos en alegres trabajadores del Reino de Dios. VER ANGELUS COMPLETO DÍA 06-07-25
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6 de julio, Jornada de responsabilidad en el tráfico
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«El Señor te bendiga y te proteja» (Num 6,24) y colme tu esperanza es el lema de la LVII Jornada de responsabilidad de tráfico 2025.
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La Iglesia celebra esta Jornada cada primer domingo de julio, este año el día 6, coincidiendo con las fechas en las que mucha gente se desplaza para disfrutar de sus vacaciones. La Jornada también se celebra en torno a la festividad de san Cristóbal, patrono de los conductores y transportistas, que tiene lugar unos días después, el jueves 10.

«El Señor te bendiga y te proteja»— es «una fórmula de bendición preciosa que encierra en sí un compromiso de bendecirnos por parte de Dios». En el marco del Jubileo, la segunda parte del lema —y colme tu esperanza— hace referencia a la virtud teologal que debe ser un pilar al que agarrarse en la carretera, poniendo los medios para un tráfico responsable: «No se puede dejar nada al azar y menos cuando están en juego vidas humanas, comenzando por la del mismo conductor».
Mensaje de los obispos
Con motivo de esta Jornada, los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad humana y el departamento de Pastoral de la Carretera han dirigido un mensaje a todas las personas relacionadas con la seguridad vial y la movilidad humana, como conductores, ciclistas, la DGT, bomberos, guardia civil, o trabajadores de gasolineras, sin olvidarse de los «usuarios de patinetes, que cada vez son más los que se desplazan en ellos». También muestran su agradecimiento a todos los transportistas de personas y mercancías que prestan «un preciosísimo servicio» a la sociedad.
En su mensaje, los obispos desglosan el lema de la Jornada para explicar su significado. La primera parte —«El Señor te bendiga y te proteja»— es «una fórmula de bendición preciosa que encierra en sí un compromiso de bendecirnos por parte de Dios». En el marco del Jubileo, la segunda parte del lema —y colme tu esperanza— hace referencia a la virtud teologal que debe ser un pilar al que agarrarse en la carretera, poniendo los medios para un tráfico responsable: «No se puede dejar nada al azar y menos cuando están en juego vidas humanas, comenzando por la del mismo conductor».
Los obispos animan a bendecir los vehículos, «una sana y buena costumbre que se
debe potenciar y popularizar», y a ponerse en las manos de Dios cuando se inicia el viaje, ya que esto «no es magia ni superstición, sino confianza plena en Dios». Y puntualizan, «es el Señor quien se compromete a bendecir a quienes piden su bendición con la fórmula que él mismo propone». En el mensaje también se invita a participar en las actividades que organicen las diócesis y parroquias en torno a esta festividad de san Cristóbal.
Paciencia, prudencia y respeto
En otra parte del mensaje, los obispos aconsejan paciencia, porque cuando se conduce, «querer ganar tiempo al tiempo saltándose las normas de tráfico y corriendo más de lo permitido es meterse por un callejón sin salida del cual no saldré ileso». Por eso, «hay que ser pacientes y mantener la calma cuando los elementos o circunstancias nos son adversos». Tampoco «es buena cosa» señalan, «conducir un vehículo ofuscado por las tribulaciones y problemas, pues seguramente nos van a distraer y apartar de la atención debida a la carretera».
También recomiendan máxima prudencia y respeto: «Los miles de siniestros o accidentes de tráfico que anualmente se producen en España, muchos de ellos con muertos, son suficiente motivo para que se circule con la máxima prudencia y respeto, más allá de las posibles multas». En este sentido, recuerdan que «cuando por una imprudencia y mal uso del vehículo he atropellado y matado a alguna persona, incluso miembros de la propia familia o buenos amigos» no hay dinero que pueda pagar «la pesada carga de arrastrar de por vida un peso así».
Cuando el accidente se ha producido y las graves consecuencias son palpables «los lamentos sirven de poco». Ahora «es el tiempo de tomar conciencia de lo que debo o no debo hacer para ser buen conductor, prudente y responsable, y evitar de ese modo cualquier percance».
Como conclusión, se insiste en la petición de ser «prudentes y respetuosos con las normas de tráfico», además de no dejar de rezar: «pedid la bendición del Señor y poned en sus manos vuestro camino». También a santa María de la Prudencia y san Cristóbal, «pidiendo por su intercesión la bendición del Señor según su promesa».
En la diócesis de Canarias, la Catedral de Canarias acoge el Jubileo de los conductores y la celebración de la Jornada con la Eucaristía que estará presidida por Mons. Cristóbal Déniz, el jueves 10 a las 19.00 horas.
MENSAJE COMPLETO DE LOS OBISPOS
UN CORAZÓN ABIERTO, CON UNA ACTITUD MISIONERA
Este lunes 7 de julio de 2025, la oración del primer lunes de cada mes tratará sobre el Evanagelio de este domingo.
Así, este envío prefigura la misión de la Iglesia de anunciar el Evangelio a todos los pueblos. Jesús dijo a los discípulos: «La mies es mucha y los obreros son pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».
Esta petición de Jesús es siempre válida. Siempre debemos orar al “dueño de la mies”, que es Dios Padre, para que envíe obreros a trabajar en su campo, que es el mundo. Y cada uno de nosotros lo debe hacer con un corazón abierto, con una actitud misionera; nuestra oración no debe limitarse solo a nuestras peticiones, a nuestras necesidades: una oración es verdaderamente cristiana si también tiene una dimensión universal.

El cristiano existe para servir, no para ser servido». Y es una regla que vale «toda la vida». Todo está encerrado ahí: de hecho, «muchos hombres y mujeres en la historia», que se lo han «tomado en serio», han dejado «rastro de verdaderos cristianos: de amor y de servicio».
Hay un trabajo constante que hacer. Evangelizar es una tarea primordial. Es el trabajo al que estamos llamados todos. Es importante y urgente. No hay tiempo que perder. La mies es abundante y los obreros pocos, Debemos orar al dueño de la mies para que envíe más obreros a su mies. Ese es el sentido de nuestra vida. Se trata de un camino “de ida y vuelta”, que tiene a Jesús como punto de partida y de llegada. No olvidemos que “estar” con Jesús y “salir” a anunciarlo es también estar con los pobres, con los migrantes, con los enfermos, con los presos, con los más pequeños y olvidados de la sociedad, para compartir con ellos la vida y anunciarles el amor incondicional de Dios. Porque Jesús está presente en esos hermanos y hermanas más vulnerables, ahí Él nos espera de un modo especial.
Hay muchas formas de ser misioneros y laicos. Lamentablemente hay demasiadas necesidades en nuestro entorno. En la salud, migración, catequesis, caritas, coro, oración, etc. Cada uno tiene sus talentos y es nuestra obligación el desarrollarlos.
La oración completa está en la WEB de Parroquia, en la sección Oración.
LOS ATRIOS DE LOS GENTILES QUE FALTAN

El loco de Dios en el fin del mundo en el libro más vendido en España. En sus páginas radiografía, no solo a Jorge Mario Bergoglio, sino a la Iglesia.
El Teatro Principal de Burgos acogió, en la tarde del 28 de mayo, un coloquio tan inédito como pertinente para inaugurar la feria del libro. El arzobispo Mario Iceta conversó durante hora y media con el escritor Javier Cercas, en el mejor de los sentidos, de lo divino y de lo humano. No son pocas las iniciativas eclesiales que buscan establecer un diálogo fe-razón, pero no es menos cierto que aún falta frescura y audacia para que esos atrios de los gentiles que proponía Benedicto XVI generen la cultura del encuentro que reclamó Francisco para construir esos puentes anhelados por León XVI. Con sus gafas “laicistas”, que no son un demérito, el autor ha convertido El loco de Dios en el fin del mundo en el libro más vendido en España. En sus páginas radiografía, no solo a Jorge Mario Bergoglio, sino a la Iglesia. Un relato en el que algunos se reconocerán y otros verán excesiva pimienta, pero que, sin duda alguna, se configura como una parada obligada para reflexionar sobre el catolicismo hoy. Máxime ante la evidencia de una Iglesia a la que le cuesta moverse en el maremágnum de la secularización porque se sabe desubicada e, incluso, desactualizada. Y no solo en sus códigos. Vida Nueva, junio 2025.
Cáritas invita a celebrar el Día de la Caridad con el lema: “Mientras haya personas hay esperanza”

Los obispos señalan que “quien participa en la Eucaristía ha de empeñarse en
denunciar las circunstancias que van contra la dignidad del hombre”
Cáritas.- 16 de junio de 2025. Los conflictos armados, la polarización, el aumento de los
discursos de odio pueden llevarnos fácilmente a la tentación de considerarnos
superados por el mal y la violencia, pero la esperanza habita en cada ser humano y de
forma especial en este año jubilar convocado por el Papa Francisco.
Con el deseo profundo de reavivar ese anhelo que anida en nuestro corazón, Cáritas
presenta su campaña de Caridad, que este año lleva por lema “Mientras haya
personas, hay esperanza”. Con esta campaña, la red de Cáritas se une a la fiesta del
Corpus Christi -que se celebrará el domingo 22 de junio- y lanza una invitación a la
sociedad y a todas las personas de buena voluntad a ser embajadores y portadores de
esperanza.
Vivienda, empleo y personas migrantes, tres realidades preocupantes.
El adelanto del informe FOESSA presentado en diciembre del año pasado -y cuyos
datos definitivos serán publicados en el último trimestre de este año- dan cuenta de
cómo la exclusión residencial, el empleo precario y la situación administrativa irregular
en la que se hayan muchas personas migrantes son algunas de las causas de la
cronificación de la pobreza y la exclusión que sufren más de 9,4 millones de personas
en nuestro país.
El problema generalizado del acceso a la vivienda en muchos países de Europa y en
concreto, en nuestro país, se ha convertido, para las personas más pobres, en un
problema de emergencia social al hacerse prácticamente imposible que puedan
acceder a una vivienda digna.
Las posibilidades que tienen los jóvenes de acceder a un empleo que dignifique el
desarrollo personal y facilite la posibilidad de iniciar proyectos vitales están aún más
mermadas entre las personas con menos recursos y más vulnerables.
Las personas migrantes que llegan a nuestro país también se ven expuestas a grandes
dificultades. Enfrentan importantes dificultades económicas y sociales que les impiden
Prensa Cáritas Española integrarse en la sociedad. Muchas de las personas y familias al completo que llegan a Cáritas demandando apoyo y ayuda, viven situaciones verdaderamente dramáticas que son difíciles de resolver en el corto y medio plazo.
Todas estas realidades requieren con urgencia nuestro movimiento. Nos invitan a ser
presencia real y cotidiana siempre en salida, siempre atentos a las necesidades de
nuestro alrededor. El verdadero sentido de nuestra vida se juega en el espacio del
nosotros compartido, y como cristianos, en la profesión de nuestra fe y el compromiso
en el seguimiento de Jesús. Porque solo saliendo al encuentro de los que sufren es
donde la esperanza del nosotros va tomando forma.
“Todas somos personas, y llevamos dentro semillas de fraternidad y solidaridad que
brotan en forma de pequeños gestos y acciones cotidianas que contagian esperanza.
Solo necesitamos recrearla y encontrar nuevas formas de hacerla tangible. A través de
la resiliencia, la creatividad y el trabajo colectivo y solidario, podemos aportar luz en
medio de las sombras de la realidad que nos toca vivir en este tiempo”, explica Eva San
Martín, responsable de la campaña.
El papa Francisco recuerda en la Bula para convocar el Jubileo de la esperanza que
“necesitamos que sobreabunde la esperanza para testimoniar de manera creíble y
atrayente la fe y el amor que llevamos en el corazón; para que la fe sea gozosa y la
caridad entusiasta; para que cada uno sea capaz de dar aunque sea una sonrisa, un
gesto de amistad, una mirada fraterna, una escucha sincera, un servicio gratuito,
sabiendo que, en el Espíritu de Jesús, esto puede convertirse en una semilla fecunda
de esperanza para quien lo recibe”.
El alto valor de cada persona
En su habitual mensaje con motivo del Día de la Caridad, los obispos de la Subcomisión
Episcopal para la Acción Caritativa y Social subrayan que “el Cuerpo de Cristo se nos
ofrece como el único alimento capaz de traer paz ante tanta violencia y también se
ofrece como alimento y ejemplo de nuestro compromiso activo”.
“Es necesario recordar que quien participa en la Eucaristía ha de empeñarse en
construir la paz y denunciar las circunstancias que van contra la dignidad del hombre,
por el cual Cristo ha derramado su sangre, afirmando así el valor tan alto de cada
persona. Si no tomamos conciencia de esto, nuestras eucaristías se aproximan a la
incoherencia”, señalan en la nota.
Por todo ello, recuerdan que “es hora de ser peregrinos de esperanza, para anunciar el
amor de Cristo al mundo. El papa León XIV, en su homilía de comienzo del ministerio
petrino, nos ha dejado un encargo ineludible: ‘¡Esta es la hora del amor! La caridad de
Dios, que nos hace hermanos entre nosotros, es el corazón del Evangelio’”.
Mas información en la WEB de Caritas España
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LOS MISIONEROS Y MISIONERAS, TESTIGOS DE LA ESPERANZA Y DE LA ALEGRÍA PASCUAL

Los misioneros y misioneras se convierten en testigos de una esperanza cierta que ni la muerte puede con ella, porque cimentan su vida y su opción evangelizadora en Aquel que derrotó para siempre la muerte.
No hace mucho, cayó en mis manos una entrevista con un escrito español famoso, Javier Cercas, que acaba de publicar una especie de novela de no ficción sobre el Papa Francisco: “El loco de Dios en el fin del mundo”. En dicha conversación, este escritor comienza confesándose ateo y anticlerical irredento. Pero añade que, en sus encuentros con personas creyentes, ha descubierto algunas cosas importantes. Entre otras, la realidad de unos cristianos un poco “locos”: los misioneros y misioneras.
Textualmente dice sobre ellos y ellas: “Son personas hechas de otra pasta. Lo han dado todo por los demás: sus carreras académicas, su afectividad, sus familias y sus hogares. Están peleando en todo el mundo para abrigar a los muertos de frío, dar de comer a los muertos de hambre y dar de beber a los muertos de sed. Es imposible no admirar la labor de los misioneros y misioneras”.
Evidentemente, Javier Cercas también se pregunta de dónde sale esa fuerza interior, esa “Locura”, de esos creyentes especiales que son los misioneros y misioneras. Y responde taxativamente: la fe vivida con una entrega auténtica y con una convicción granítica.
Sin embargo, el nombrado escritor se ha quedado un poco corto, siendo mucho lo que dice sobre los misioneros y misioneras. Porque a la fe hay que añadir la firme esperanza que procede de Cristo Resucitado. Y así, los misioneros y misioneras se convierten en testigos de una esperanza cierta que ni la muerte puede con ella, porque cimentan su vida y su opción evangelizadora en Aquel que derrotó para siempre la muerte.
Cuando se dice que hay una relación estrecha entre los misioneros y misioneras y el gozo de la Pascua, estamos afirmando que estos hombres y mujeres pueden soportar peligros, amenazas, problemas, cansancios… porque viven una verdad incontrovertible: que Cristo Resucitado ha abierto de par en par las ventanas de la esperanza y ha hecho posible que la muerte se transforme en vida, la oscuridad en luz, la injusticia en justicia y misericordia y la inhumanidad en solidaridad fraterna.
Además, desde el acontecimiento decisivo de la Resurrección de Cristo, los misioneros y misioneras son conscientes de que han sido elegidos para representar, en los lugares más pobres y periféricos del planeta, el abrazo amoroso y la bondad entrañable del buen Dios. Por eso, se sienten enviados por el espíritu del Resucitado para ser sus testigos hasta los últimos confines de la tierra (Cf. Hch 1, 8). Una de las características del verdadero testigo del Resucitado es la alegría. Los misioneros y misioneras no maquillan ni edulcoran frívolamente el dolor y la injusticia. Al contrario, la alegría pascual es una fuerza luchadora y transformadora alentada por la esperanza. Es, en definitiva, un signo luminoso de que merece la pena dar la vida por aquellos a los que se les ha arrebatado hasta las ganas de vivir. P. Celestino Fernández, CM
HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO DOMINGO DE RESURRECCIÓN
¡Cristo ha resucitado, está vivo!
María Magdalena, al ver que la piedra del sepulcro había sido retirada, salió corriendo para avisárselo a Pedro y a Juan. También los dos discípulos, al recibir la desconcertante noticia, salieron y —dice el Evangelio— «corrían los dos juntos» (Jn 20,4). ¡Todos los protagonistas de los relatos pascuales corren! Y este “correr” expresa, por un lado, la preocupación de que se hubieran llevado el cuerpo del Señor; pero, por otro lado, la carrera de la Magdalena, de Pedro y de Juan manifiesta el deseo, el impulso del corazón, la actitud interior de quien se pone en búsqueda de Jesús. Él, de hecho, ha resucitado de entre los muertos y, por eso, ya no está en el sepulcro. Hay que buscarlo en otra parte.
Este es el anuncio de la Pascua: hay que buscarlo en otra parte. ¡Cristo ha resucitado, está vivo! La muerte no lo ha podido retener, ya no está envuelto en el sudario, y por tanto no se le puede encerrar en una bonita historia que contar, no se le puede reducir a un héroe del pasado ni pensar en Él como una estatua colocada en la sala de un museo. Al contrario, hay que buscarlo, y por eso no podemos quedarnos inmóviles. Debemos ponernos en movimiento, salir a buscarlo: buscarlo en la vida, buscarlo en el rostro de los hermanos, buscarlo en lo cotidiano, buscarlo en todas partes menos en aquel sepulcro.
Buscarlo siempre. Porque si ha resucitado de entre los muertos, entonces Él está presente en todas partes, habita entre nosotros, se esconde y se revela también hoy en las hermanas y los hermanos que encontramos en el camino, en las situaciones más anónimas e imprevisibles de nuestra vida. Él está vivo y permanece siempre con nosotros, llorando las lágrimas de quien sufre y multiplicando la belleza de la vida en los pequeños gestos de amor de cada uno de nosotros.
Por eso la fe pascual, que nos abre al encuentro con el Señor Resucitado y nos dispone a acogerlo en nuestra vida, está lejos de ser una solución estática o un instalarse tranquilamente en alguna seguridad religiosa. Por el contrario, la Pascua nos impulsa al movimiento, nos empuja a correr como María Magdalena y como los discípulos; nos invita a tener ojos capaces de “ver más allá”, para descubrir a Jesús, el Viviente, como el Dios que se revela y que también hoy se hace presente, nos habla, nos precede y nos sorprende. Como María Magdalena, cada día podemos sentir que hemos perdido al Señor, pero cada día podemos correr a buscarlo de nuevo, sabiendo con seguridad que Él se deja encontrar y nos ilumina con la luz de su resurrección.
Hermanos y hermanas, esta es la esperanza más grande de nuestra vida: podemos vivir esta existencia pobre, frágil y herida, aferrados a Cristo, porque Él ha vencido a la muerte, vence nuestras oscuridades y vencerá las tinieblas del mundo, para hacernos vivir con Él en la alegría, para siempre. Hacia esa meta, como dice el apóstol Pablo, también nosotros corremos, olvidando lo que se queda a nuestras espaldas y proyectándonos hacia lo que está por delante (cf. Flp 3,12-14). Apresurémonos, pues, a salir al encuentro de Cristo, con el paso ágil de la Magdalena, de Pedro y de Juan.
El Jubileo nos llama a renovar en nosotros el don de esta esperanza, a sumergir en ella nuestros sufrimientos e inquietudes, a contagiar con ella a quienes encontramos en el camino, a confiarle a esta esperanza el futuro de nuestra vida y el destino de la humanidad. Y por eso no podemos aparcar el corazón en las ilusiones de este mundo ni encerrarlo en la tristeza; debemos correr, llenos de alegría. Corramos al encuentro de Jesús, redescubramos la gracia inestimable de ser sus amigos. Dejemos que su Palabra de vida y de verdad ilumine nuestro camino. Como dijo el gran teólogo Henri de Lubac, «debe bastarnos con comprender esto: el cristianismo es Cristo. No es, en verdad, otra cosa. En Jesucristo lo tenemos todo» (Las responsabilidades doctrinales de los católicos en el mundo de hoy, Madrid 2022, 254).
Y este “todo”, que es Cristo resucitado, abre nuestra vida a la esperanza. Él está vivo, Él quiere renovar también hoy nuestra vida. A Él, vencedor del pecado y de la muerte, le queremos decir:
“Señor, en la fiesta que hoy celebramos te pedimos este don: que también nosotros seamos nuevos para vivir esta perenne novedad. Límpianos, oh Dios, del polvo triste de la costumbre, del cansancio y del desencanto; danos la alegría de despertarnos, cada mañana, con ojos asombrados al ver los colores inéditos de ese amanecer, único y distinto a todos los demás. […] Todo es nuevo, Señor, y nada se repite, nada es viejo.” (cf. A. Zarri, Quasi una preghiera).
Hermanas, hermanos, en el asombro de la fe pascual, llevando en el corazón toda esperanza de paz y de liberación, podemos decir: contigo, Señor, todo es nuevo. Contigo, todo comienza de nuevo.
FRANCISCO
400 años de la fundación de la Congregación de la Misión
Desde el 25 de enero de este año 2025 hasta el 25 de enero del próximo 2026, vamos a celebrar el 400 aniversario de la fundación de la Congregación de la Misión (Misioneros Paúles). Va a consistir un tiempo especial donde la memoria agradecida del pasado nos lance a vivir el presente con realismo y el futuro con esperanza e ilusión, bajo el lema: “Buena Noticia y Caridad”. La Congregación de la Misión fue fundada por san Vicente de Paúl, el gran santo de la caridad, el 17 de abril de 1625. San Vicente se dio de bruces con la miseria, la marginación, la exclusión social, el abandono pastoral y la ignorancia religiosa del pueblo pobre y sencillo de la ciudad y del campo. Se planteó “hacer algo” para remediar tanto dolor y sufrimiento, y se rodeó de un pequeño grupo de sacerdotes que, al poco tiempo, se convirtió en una Congregación. Pertenece a las “Sociedades de Vida Apostólica” y está vertebrada por el carisma vicenciano que se despliega en Misión y Caridad.

En julio de 1704 llegaron a España los primeros misioneros Paúles a Barcelona. Hoy está representada en nuestro país por dos provincias canónicas: Provincia de Zaragoza y Provincia de San Vicente de Paúl-España.
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Ver la página WEB del 400 Aniversario de la fundación de la Congregación de las Misiones
Campaña del Enfermo 2025: “En esperanza fuimos salvados” (Rom 8,24).
.Haz Click en el cuadro de la Campaña del enfermo para ver toda la información
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El don de la indulgencia en el Año Jubilar

De la Bula del papa Francisco convocando el Jubileo 2025, Spes non confundit. La indulgencia permite descubrir cuál ilimitada es la misericordia de Dios.
No sin razón en la antigüedad el término “misericordia” era intercambiable con el de “indulgencia”, precisamente porque pretende expresar la plenitud del perdón de Dios que no conoce límites. El sacramento de la penitencia nos asegura que Dios quita nuestros pecados. No hay mejor manera de conocer a Dios que dejándonos reconciliar con Él, experimentando su perdón. Por eso, no renunciemos a la confesión sino redescubramos la belleza del sacramento de la sanación y de la alegría, la belleza del perdón de los pecados. Sin embargo, como sabemos por experiencia personal, el pecado deja huella. Por lo tanto, en nuestra humanidad débil y atraída por el mal, permanecen los efectos residuales del pecado. Estos son removidos por la “indulgencia, siempre por la Gracia de Cristo. La indulgencia, pues, es una experiencia personal intensa de la misericordia y el perdón de Dios. Hay que motivar el deseo de obtener la indulgencia como don de gracia. CONDICIONES GENERALES: Recibir el sacramento del perdón (se puede recibir en los días o semanas siguientes), participar de la Eucaristía comulgando (o en otro acto litúrgico de las Horas, rosario, vía crucis…), orar por las intenciones del Santo Padre, siempre con la oración del padrenuestro, la profesión de fe y la invocación a santa María. Misa Dominical, enero 2025
Ver completa BULA DE CONVOCACIÓN DEL JUBILEO ORDINARIO DEL AÑO 2025
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JUBILEO 2025—PEREGRINOS DE ESPERANZA
Momento para el perdón y la reconciliación que nos lleva a transformar la vida y la repone.
Nos impulsa a cambiar el corazón y transformar el mundo según el plan de Dios.

¿Qué es un jubileo? Es un tiempo santo de alegría, una vuelta a Dios y encuentro con Cristo. Momento para el perdón y la reconciliación que nos lleva a transformar la vida y la repone. Nos impulsa a cambiar el corazón y transformar el mundo según el plan de Dios. El papa Bonifacio VIII en el año 1300 convocó el primer jubileo que llamó Año Santo. La periodicidad fue primero de 100 años, después de 50 y posteriormente cada 25 años. En el principio la peregrinación obligaba a la visita a las basílicas romanas. Después se añadirían el signo de la puerta santa y el alcanzar las indulgencias.
Haz Click par más Información de la Diócesis sobre el año Jubileo 2025
Carta pastoral sobre el Año Jubilar 2025

El obispo de la diócesis de Canarias, José Mazuelos, ha escrito una Carta pastoral con motivo del Jubileo 2025.
Aquí puede leer y/o descargar la Carta, que lleva por título La luz de la esperanza, y también el Decreto del obispo sobre el Jubileo 2025 que incluye el anuncio de los templo jubilares en nuestra diócesis.
Haz Click par más Información de la Diócesis sobre el año Jubileo 2025
- Carta pastoral – Jubileo 2025 – La luz de la esperanza
- Decreto sobre el Jubileo 2025 en la diócesis de Canarias
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PARROQUIA SAN VICENTE DE PAÚL

· CONFERENCIAS SVP
· REPARTO ALIMENTOS:
· GRUPOS QUE PREPARARÁN LA ORACIÓN EL PRIMER LUNES DE MES: Grupo de Vida Ascendente, Renovación Carismática, Liturgia, catequistas, Asociación Medalla Milagrosa (AMM). Pastoral de la Salud, Conferencias SVP.
PARROQUIA SANTA LUISA DE MARILLAC

· ATENCIÓN CÁRITAS: Los lunes de 17:00 – 18:15 horas.

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Cáritas ha rebasado su capacidad económica para la atención social
Se presenta la Memoria institucional de Cáritas Diocesana de Canarias 2024